Unos días antes, tomé la foto del Pelouse de Reuilly, ¡qué contraste meteorológico! Aquí, en la Place de la République, aproveché la lluvia para los reflejos y el pulverizador que da una atmósfera particular. Me quedé un rato bajo el toldo del Café Fluctuat y tuve tiempo de preparar un tiempo de pausa largo para capturar a este ciclista.